Las terapias respiratorias son un conjunto de técnicas y procedimientos que tienen como objetivo mejorar la función y la salud de los pulmones y las vías respiratorias. Estas terapias se utilizan para prevenir, tratar y rehabilitar a las personas que sufren de enfermedades o alteraciones respiratorias, como el asma, la EPOC, la fibrosis quística, la apnea del sueño, la neumonía, el COVID-19, entre otras.
Las terapias respiratorias pueden ser aplicadas por profesionales de la salud, como médicos, enfermeros, fisioterapeutas o terapeutas respiratorios, o por los propios pacientes, bajo supervisión y orientación médica.
Algunas de las terapias respiratorias más comunes son:
Ejercicios de respiración profunda
Los ejercicios de respiración profunda consisten en inspirar y espirar lentamente, llenando y vaciando los pulmones de aire. Estos ejercicios ayudan a mejorar la oxigenación de la sangre, a relajar los músculos respiratorios, a eliminar el exceso de mucosidad y a prevenir las infecciones pulmonares. Los ejercicios de respiración profunda se pueden realizar en cualquier momento y lugar, siempre que se esté cómodo y tranquilo. Algunos ejemplos de ejercicios de respiración profunda son:
- Respiración abdominal: se coloca una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho. Se inspira por la nariz, haciendo que el abdomen se eleve, y se espira por la boca, haciendo que el abdomen se contraiga. Se repite el ciclo varias veces, manteniendo el ritmo y la profundidad de la respiración.
- Respiración con los labios fruncidos: se inspira por la nariz, manteniendo la boca cerrada, y se espira por la boca, haciendo un pequeño orificio con los labios, como si se fuera a silbar. Se repite el ciclo varias veces, prolongando el tiempo de la espiración.
- Respiración con pausas: se inspira por la nariz, se retiene el aire en los pulmones durante unos segundos, y se espira por la boca. Se repite el ciclo varias veces, aumentando progresivamente el tiempo de retención del aire.
Tos asistida
La tos asistida es una técnica que consiste en estimular la tos de forma voluntaria o con ayuda externa, con el fin de expulsar las secreciones que se acumulan en las vías respiratorias. Ayuda a prevenir la obstrucción de las vías aéreas, a mejorar la ventilación pulmonar y a reducir el riesgo de complicaciones como la atelectasia o la neumonía. Se puede realizar de diferentes formas, según las necesidades y capacidades de cada paciente. Algunos ejemplos de tos asistida son:
Tos voluntaria
Se trata de toser de forma fuerte y profunda, intentando expulsar el mayor volumen de aire posible.Puede realizarse en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado. Se recomienda toser varias veces al día, especialmente después de los ejercicios de respiración profunda o de las nebulizaciones.
Tos asistida manual
Recibir una presión sobre el abdomen o el tórax por parte de otra persona, justo antes o durante la tos. Esta presión ayuda a aumentar la fuerza y la efectividad de la tos, facilitando la expulsión de las secreciones. La tos asistida manual se puede realizar en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado. Se recomienda coordinar la presión con la respiración y la tos del paciente, y evitar aplicarla sobre el esternón, las costillas o los órganos internos.
Tos asistida mecánica
Utiliza un dispositivo que genera una presión positiva o negativa sobre las vías respiratorias, provocando la tos. Estos dispositivos pueden ser manuales o eléctricos, y se conectan a una mascarilla o a una cánula que se coloca sobre la boca o la nariz del paciente. La tos asistida mecánica se puede realizar en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado. Se recomienda seguir las instrucciones del fabricante y del médico para el uso correcto y seguro del dispositivo.
Drenaje postural
El drenaje postural es una técnica que consiste en adoptar diferentes posiciones corporales que favorecen el drenaje de las secreciones de los pulmones por acción de la gravedad. Ayuda a limpiar las vías respiratorias, a mejorar la oxigenación y a prevenir las infecciones pulmonares. Se puede realizar en diferentes posiciones, según la zona del pulmón que se quiera drenar. Algunas de las posiciones más habituales son:
- Posición de Trendelenburg: se trata de acostarse boca arriba, con las piernas elevadas por encima de la cabeza, apoyadas sobre una superficie inclinada o sobre unos cojines. Esta posición facilita el drenaje de las zonas inferiores de los pulmones.
- Posición de Fowler: se trata de acostarse boca arriba, con el tronco elevado entre 30 y 45 grados, apoyado sobre una superficie inclinada o sobre unos cojines. Esta posición facilita el drenaje de las zonas medias de los pulmones.
- Posición lateral: se trata de acostarse de lado, con el brazo del lado inferior extendido y el del lado superior flexionado. Esta posición facilita el drenaje de la zona lateral del pulmón que queda hacia abajo.
- Posición prona: se trata de acostarse boca abajo, con los brazos flexionados y la cabeza girada hacia un lado. Esta posición facilita el drenaje de las zonas posteriores de los pulmones.
El drenaje postural se puede realizar varias veces al día, preferiblemente antes de las comidas y antes de acostarse. Se recomienda permanecer en cada posición entre 10 y 20 minutos, y realizar ejercicios de respiración profunda y tos asistida durante o después del drenaje.
Percusión, vibración y espirometría incentivada
La percusión, la vibración y la espirometría incentivada son técnicas que se utilizan para movilizar y eliminar las secreciones de las vías respiratorias, mediante la aplicación de golpes, movimientos o estímulos sobre el tórax o el abdomen. Estas técnicas ayudan a mejorar la ventilación pulmonar, a prevenir la obstrucción de las vías aéreas y a reducir el riesgo de complicaciones como la atelectasia o la neumonía. Estas técnicas se pueden realizar de diferentes formas, según las necesidades y capacidades de cada paciente. Algunos ejemplos de percusión, vibración y espirometría incentivada son:
Percusión manual
Aplica golpes rítmicos y suaves sobre el tórax o el abdomen del paciente, con las manos ahuecadas, para despegar las secreciones de las paredes de las vías respiratorias. La percusión manual se puede realizar en diferentes zonas del tórax o del abdomen, según la localización de las secreciones. Se recomienda realizar la percusión manual en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado, y evitar golpear sobre el esternón, las costillas o los órganos internos.
Vibración manual
Aplica movimientos oscilatorios y rápidos sobre el tórax o el abdomen del paciente, con las manos planas o entrelazadas, para facilitar el desplazamiento de las secreciones hacia las vías respiratorias superiores. La vibración manual se puede realizar en diferentes zonas del tórax o del abdomen, según la localización de las secreciones. Se recomienda realizar la vibración manual en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado, y coordinar la vibración con la respiración y la tos del paciente.
Espirometría incentivada
Utiliza un dispositivo que mide el flujo y el volumen de aire que entra y sale de los pulmones, y que ofrece una retroalimentación visual o auditiva al paciente, para motivarlo a respirar de forma más profunda y eficaz. La espirometría incentivada ayuda a mejorar la capacidad y la elasticidad pulmonar, a prevenir el colapso de los alvéolos y a estimular la tos. La espirometría incentivada se puede realizar en posición sentada o acostada, con el tronco ligeramente elevado, y siguiendo las instrucciones del fabricante y del médico para el uso correcto y seguro del dispositivo.
Estas son algunas de las principales terapias respiratorias que existen, pero no son las únicas. Existen otras terapias respiratorias que pueden ser indicadas por el médico según el tipo y la gravedad de la enfermedad respiratoria que padezca el paciente, como la ventilación mecánica, la oxigenoterapia, la nebulización, la inhalación, la broncoscopia, la toracocentesis, entre otras.
Las terapias respiratorias son muy beneficiosas para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas que sufren de problemas respiratorios, pero también requieren de un seguimiento médico y de una adherencia al tratamiento por parte del paciente. Por eso, es importante que consultes con tu médico sobre las terapias respiratorias más adecuadas para tu caso, que sigas sus recomendaciones y que realices las terapias respiratorias de forma regular y correcta.